martes, 22 de julio de 2014

Deseos para niños

Que sean niños los niños.
Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.
Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes.
Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.
Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.
Que sean niños los niños, y no un target.
Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.
Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.
Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.
Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.
Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.
Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.
Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.
Que sean niños los niños.
Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.
Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.
Que sean niños, no “el repetidor” o “el conflictivo” o “el que nunca trae los deberes”.
Niños, y no los que empujan el carro con cartones.
Que sean niños los niños, simplemente.
Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.
Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.
Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.
Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.
Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.
Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado.

Mex Urtizberea

martes, 15 de julio de 2014

Juegos infantiles de antaño en extinción? Entre la memoria y la nostalgia.

En los últimos años, esta realidad ha llevado a padres de familia, docentes, académicos y jóvenes a debatir, en países como España, Argentina, Bolivia, México y Estados Unidos sobre la “nocividad” de los juegos de ahora o las “bonanzas” de los de antaño; la necesidad de rescatar estos últimos o dejar que las nuevas generaciones vivan su época.
El extinto comunicador argentino Roberto Galán decía: “lo nuevo no es sinónimo de mejor, ni viejo sinónimo de malo, y viceversa”; al aplicarlo a este debate podría situarse como péndulo entre quienes piensan como: “sigo sosteniendo que antes era mejor, nos divertíamos y había más creatividad” o, “los que extrañan las costumbres anticuadas son los que no entienden de tecnología ni de las costumbres sociales nuevas”.
El historiador Celso Lara, director del Centro de Estudios Folklóricos (Cefol) sostiene que el juego ha sido desde siempre un elemento de cohesión social, por su transmisión de una generación a otra y porque a través de él, el niño o la niña aprende a convivir en sociedad, de ahí que es partidario de la idea que los juegos de antaño hoy casi extintos o en algunos casos ya no practicados, jugaban mejor ese rol.
Lara sostiene que uno de los principales valores de esos juegos era la libertad, pues se realizaban en áreas abiertas, permitía al niño desenvolverse y desarrollar su creatividad, su sentido de sociabilidad, contrario a los actuales que por lo general hacen que el niño se encierre y juegue solo, no permite la interacción, comunicación y el trabajo de grupo.
Miguel Álvarez, cronista de la ciudad de Guatemala, considera que la industrialización y el proceso de globalización han incidido en los cambios en términos de urbanismo, seguridad y la expansión de la tecnología, que ha propiciado el desarrollo de nuevos modelos de distracción, en detrimento de los de antaño.
Aplicaciones educativas
En muchas ciudades de los países donde se discute ampliamente el tema, se han iniciado esfuerzos desde la sociedad y los gobiernos por recuperar estos valores e incorporarlos al pensum de estudios. En Guatemala, una propuesta similar fue impulsada desde la década de 1990 por la historiadora Ofelia Déleon Meléndez, pero ha tenido poco eco.
De hecho, en la bibliografía desarrollada por Déleon se destaca que los juegos populares y tradicionales de antaño, desde un punto de vista psicológico están vinculados con la creatividad, el aprendizaje de la lengua, la solución de problemas y el desarrollo de los papeles sociales. “Además, a través del él, el niño expresa sus emociones, adquiere nuevas experiencias y aprende a ser miembro de un grupo”, describe.
En términos pedagógicos y educativos, la historiadora anota que es mediante el juego, que el niño se inicia en los comportamientos del adulto; en los papeles que tendrá que desempeñar en su vida futura; desarrolla aptitudes físicas, verbales, intelectuales y capacidades de comunicación.
Sociológica y etnológicamente, “los juegos constituyen un medio excelentes para el aprendizaje de los valores culturales de la sociedad, los cuales son representados de manera simbólica en las reglas del juego y a través del empleo de motivos decorativos tradicionales”, afirma.
¿Memoria nostálgica?
En Guatemala, los juegos infantiles populares y tradicionales pueden clasificarse en prehispánicos, coloniales y mixtos; grupales e individuales; para niños y para niñas; propios de algunas comunidades o adaptados; con instrumentos y materiales o no; que requieren de mucho esfuerzo, competición, de azar o simulacro…, entre otros:
Los Piloyes
Este juego se realiza utilizando piloyes (una especia de frijol grande de color rojo o veteados). Cada jugador debe contar con una cantidad de diversos colores; uno es partido a la mitad y se sortea a quién le toca el primer turno. El favorecido arroja las dos mitades al suelo, preguntando ¿ cara o carne ? Si el compañero acierta se le paga con un piloy entero y le corresponde arrojar las dos mitades y hacer la misma pregunta; si no acierta tiene que pagar. El juego termina cuando un jugador obtiene todos los piloyes del otro.
Los cincos o canicas
Esto juego lo practican más los varones, y el número de jugadores no es fijo, va de dos en adelante. Se establece una línea que se llama “mica”; desde un sitio alejado se tiran los cincos para ver quién se acerca más a la “mica”; el más próximo es quién inicia el juego (es “primas”) y así sucesivamente. Se dibuja un óvalo con una línea en medio en el suelo y cada jugador coloca una canica dentro de la figura; el juego es sacar los cincos de allí; gana quien le pega y saca el mayor número de canicas, los cuales se los lleva de premio. Existen otras variantes del juego.
Los Barriletes
También se les conoce como papalotes o cometas. Se acostumbra volarlos durante los meses de mayor viento (noviembre y diciembre). El barrilete puede ser elaborado por los propios niños. La cara anterior se confecciona con papel de china de distintos colores y la armazón con varillas de caña liviana. En los costados lleva flecos de papel y se le añade una “cola” de papel. Se compite por elevar más la cometa.
El Aro
Un aro, normalmente de hierro y algunas veces se usaban las llantas de las bicicletas, a las que previamente se quitan los radios, u orillas de toneles; y una manilla, que puede ser de madera o un trozo de alambre con una de las puntas dobladas en forma de “u” o como horqueta para enganchar con ella el aro. El juego en sí consiste en llevar rodando el aro lo más lejos posible utilizando la manilla para dirigirlo.
Capirucho Generalmente participaban dos jugadores varones. El capirucho es confeccionado con un carrizo de madera de los que sirven para enrollar hilos. El carrizo es pulido; además, se emplea un cordón de pita y un palito de madera. El juego consiste en lanzar el carrizo y meterlo en el palito. Cada acierto se cuenta de 10 en 10 hasta completar 100 puntos, que deben hacer sin interrupción; si no se acierta una vez, el turno le corresponde al otro jugador. El ganador es el que logra completar los puntos en menos jugadas.
Saltar la cuerdaEste es un juego practicado casi siempre por las niñas. Se utiliza una cuerda o lazo, el cual es sostenido y hecho girar por dos niñas; la otra o las otras brincan la cuerda. Algunas variantes son que se brinca individualmente, en pareja o en grupo. También puede saltar cuerda un jugador haciendo girarla él mismo.
Gallina Ciega
Se inicia escogiendo o solicitando un voluntario para hacer de “gallina ciega”; luego se le vendan los ojos y se le coloca en el centro de un círculo que han formado los demás jugadores. Se solicita a los jugadores que digan cuántas vueltas deberán dar a la “gallina” (no más de diez); al finalizar todos gritan “gallina ciega, busca a tus pollos” y al mismo tiempo corren a su alrededor, para no ser alcanzados. Cuando la gallina atrapa a alguno, a éste le corresponde representar el papel de “gallina ciega”.
Tejos Cada jugador debe buscar un tiesto, de barro o piedra circular y plana, de manera que pueda asentarse en el suelo al ser lanzado. Los jugadores desde una línea a cierta distancia, tratan de “botar” un “viejo”, que puede ser una batería o un bote sobre el cual se colocan fichas que los niños ponen como entrada al juego. Se debe derribar el “viejo y el tejo debe quedar a una “cuarta” de cada ficha para ganarlas.
El Trompo
Se fabrica con una pieza de madera dura en forma cónica con una punta de metal sobre el que se lo hace girar. En la parte superior tiene una especie de cilindro chato o sombrerito que sirve de apoyo para enrollar el hilo. Existen una serie de variantes del juego, pero el principal objetivo es lucir las mejores técnicas para hacer bailar el trompo por más tiempo, y tratar de ganarle al del contrincante, según sea la modalidad del juego y sus reglas.
El Avioncito o Rayuela
En el suelo se dibuja una plataforma con diversas categorías. La partida comienza cuando el primer jugador tira un tejo en la primera casilla trazada; luego debe saltar en un pie hacia dicha categoría, recoger el tejo siempre en un pie y volver hacia la partida. Si lo consigue, intentará con la segunda casilla; si no, cederá su turno al otro jugador.
La Escondida
Uno de los participantes cuenta de uno al 20, tapándose los ojos con las manos, frente a una pared, el resto de los participantes se esconde. Cuando termina grita “ya voy”, y busca al resto de jugadores; los que va encontrando los lleva a la casa que puede ser un árbol o un punto establecido y éstos van tomándose de la mano, formando una cadena que se estira y mueve para intentar que los otros compañeros les toquen y puedan ser salvados más fácilmente.
Fuente: dca.gog.gt

CARTA DE UNA MAMA QUE NO TRABAJA FUERA DE CASA A OTRA QUE SI LO HACE.

Querida Mamá Que Trabaja fuera del hogar:
Sé que muchas veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos al cuidado de otros para poder ir a trabajar. Mucha gente insinúa que no amas a tus hijos tanto como una mamá que se queda en casa y que lo mejor es que las mamás se queden en casa con sus hijos.
¿Como pueden decir esto de ti? Sé que amas a tus hijos tanto como cualquier otra mamá. Sé que regresar a trabajar no fue una decisión fácil. Tuviste que medir los pros y los contras desde mucho antes de que naciera tu bebé. Siempre va a ser una de las decisiones mas importantes de tu vida. Pensaste esto aún desde que estabas en la escuela y estabas escogiendo tus materias.
Te veo en todas partes. Tu eres la doctora con quien llevo a mis hijos cuando están enfermos. Eres la alergóloga de mi hija, la que le diagnosticó alergia al maní. Tu eres la terapeuta que esta tratando el dolor de espalda de mi esposo. Eres la contadora que nos ayuda con los impuestos. La profesora de básica de mi hijo. La directora de la guardería. La profesora de gimnasia de mi hija. La agente de bienes raíces que nos ayudó a vender la casa. ¿Qué clase de mundo sería este si tu no estuvieras ahí para nosotros? ¿Si hubiera sucumbido a las presiones de los que insistían que el lugar de una mamá es en casa con sus hijos?
Yo sé que mides cada trabajo para ver si queda bien con tu familia. Sé que te despiertas una hora antes que todos los demás solo para poder hacer algo de ejercicio o tener un tiempo para ti. Sé que llegas a reuniones importantes después de haber estado despierta toda la noche con tu pequeño. Sé que cuando llegas a casa en las tardes, tu “segundo trabajo” empieza. La gente no entiende que estás a cargo de tu casa y además tienes un trabajo.
Regresas a casa y haces comida, bañas a tus hijos, les lees un libro, los acuestas, y les das beso de buenas noches. Tú pagas las cuentas, vas al súper, lavas la ropa, los platos y todas esas cosas como todas las mamás.
Sé que muy seguido te sientes culpable por tener más tiempo separada de tus hijos y siempre sacrificas tus tiempos de descanso. Sé que no puedes tener un “día libre” cuando tus hijos están en la guardería. Yo sé que aceptas el hecho de que tu trabajo es tu tiempo libre por ahora. Sé que cuando estás en el trabajo no desperdicias ni un minuto. Sé que te comes tu almuerzo en tu escritorio, no sales por café y muestras absoluta dedicación y concentración en tu trabajo. Después de todo tú escogiste estar ahí, tú quieres estar ahí.
Sé lo buena que eres para discernir a aquellos que están cuidando a tus hijos y que muchas guarderías ofrecen un excelente cuidado para los niños. Yo sé que sólo dejas a tus hijos en un lugar donde estás segura que van a ser bien cuidados y queridos. Sé que pasas muchos días en casa cuidando a tus hijos cuando están enfermos y sacrificas tu paga por eso. Y además sé que en secreto disfrutas mucho estos días y te revelas para poder estar con ellos.
Sé que muchas veces te sientes culpable por no poder estar ahí todo el tiempo. Pero, mamá que trabaja, tengo la certeza de que estás poniendo un excelente ejemplo para tus hijos. Les estas enseñando que una mujer puede tener una carrera y contribuir de alguna manera al mundo fuera de casa y a la vez ser una increíble y amorosa mamá. Le estás enseñando a tus hijas que ellas puedan hacer lo que ellas quieren hacer con sus vidas. Les estás mostrando fuerza, dedicación, tenacidad, durabilidad y además lo estás haciendo con mucha alegría y amor.
Sólo quería que supieras que entiendo. Porque las dos somos mamás.
Con mucho amor y admiración,
Mamá Que No Trabaja fuera de casa.

martes, 8 de julio de 2014

Ser niño

Ser niño es crecer y no perder la inocencia 
es pintar el mundo con dedos y colores. 
Es tener un padre héroe de historietas 
y una madre que sepa tus temores. 

Ser niño es ver un arcoiris 
cuando todos ven la lluvia. 
Es jugar y seguir jugando, 
primero se vive luego se estudia. 

Ser niño es hacer garabatos en papel, 
que para el mundo es nada. 
Es hacer convivir entre sí 
principes, caballeros y hadas. 

Ser niño es sonreír a pesar de todo, 
es tocar el cielo con las manos, 
es electrocutarse golpeando el codo, 
Ser niño es...lo que todos quieren ser.

Ser niño es lo mejor del mundo!!!

Desconocido

Fomentar la creatividad de los niños



La creatividad es la forma de expresarse uno mismo, usando la originalidad y la imaginación, y aunque se piensa que para ser creativo, es necesario tener un talento innato, esto no es cierto, porque cada persona es capaz de ser creativo en un área concreta.

Asimismo la creatividad no se limita a las artes, como la música, teatro, arte, danza o escritura, si no que la creatividad es una forma de pensar y de ser, que puede expresarse en muchas otras áreas de la vida, como la ciencia, negocios o la cocina.



CÓMO FOMENTAR LA CREATIVIDAD EN NIÑOS
Es importante conocer el área en la cual se defiende mejor el niño y cuáles son sus habilidades, para fomentar el pensamiento creativo y las actividades más adecuadas.


Sirve de modelo creativo, tanto en la forma de pensar como de hacer las cosas, ten la mente abierta, no tengas miedo de intentar nuevas formas de hacer las cosas, sal de la rutina y sé espontáneo. También muestra al niño el tema en que estás interesado  y participa con él, para animarle a desarrollar sus intereses creativos..

Déjale tiempo libre para la creatividad; si organizas muchas actividades, pueden reprimir su libertad de crear; aunque los niños necesitan ciertas reglas, también necesitan tiempo libre para desarrollar su imaginación y espontaneidad.

Muestra interés por lo que hace el pequeño, sobre todo hazle saber que está bien, para proporcionar confianza para que sigan adelante, pero también enséñale los errores, para encontrar una solución alternativa a los problemas. No olvides alabar las ideas creativas e inesperadas

Deja que el niño te haga preguntas para satisfacer su curiosidad y aprender cosas nuevas; si no sabes  la respuesta, buscar información  juntos, haz que participe. Trata de fomentar su imaginación con él, hablando de temas o con juegos que le hagan expresar sus ideas creativas.

Trata de respetar sus ideas y mantén una mente abierta, para apoyarle a encontrar nuevas formas de hacer las cosas; y ayúdale a pensar críticamente sobre las tareas que está realizando, para que se superen a sí mismo; anímale a que intercambie sus ideas con otros compañeros para que promueva el pensamiento creativo.

Proporciónale nuevas experiencias, con documentales o excursiones donde tenga contacto con la naturaleza y pueda él mismo ser observador de primera mano.

Enséñale a ser  seguro de sí mismo y de sus ideas, que no se preocupe de ser objeto de burla por parte de sus compañeros, proporcionándole metas viables y realistas, que él mismo pueda desarrollar; esto hará que se esfuerce más cada día.

(de la mente es maravillosa)